jueves, 11 de diciembre de 2008

Confrontación con mi docencia

Confrontación con mi docencia

Originalmente como ya lo había mencionado antes, mi profesión es psicóloga egresada de la UNAM en 1982, una época de crisis económica muy fuerte como la que sé esta viviendo ahora, había pocas fuentes de trabajo y quien lograra ubicarse en uno era una gran suerte. En éstas condiciones una de mis opciones fue la educación y empecé trabajando en una preparatoria particular ¡como docente! en el área de las Ciencias Sociales, a la vez desarrollaba mi profesión en forma particular. Posteriormente, tuve la oportunidad de entrar a trabajar a un CETIS, el número 35 al cual continuo adscrita, entonces me pude desarrollar como psicóloga en la oficina de psicopedagogía donde había un estrecho contacto con los profesores y alumnos, ahí se evaluaba el trabajo docente en el proceso enseñanza-aprendizaje, pero una de las grandes problemáticas era la inconformidad de los profesores cuando nos cuestionaban ¿cómo puedes tú evaluar nuestro trabajo si desconoces como se hace? Esto me inquieto además de que me llamaba la atención el trabajo docente, en cuanto tuve la oportunidad solicite poder desempeñarme como tal, ya que considero es una actividad muy polifacética que requiere varias habilidades como por ejemplo: poseer los conocimientos relacionados con el área en que nos desempeñamos como docentes; tener la capacidad de interesar a los alumnos y si no desarrollarla; tener disposición para crear un ambiente propicio de aprendizaje; humanizar nuestro trabajo con los jóvenes, es decir interesarnos por ellos.

Desde luego todo lo anterior constituye un reto donde mejoramos cuando nos interesamos por nuestra labor, yo pienso que éstas habilidades las vamos adquiriendo a través de la experiencia, la dedicación, la constante capacitación, pues ser docente en la Educación Media Superior significa un gran compromiso personal y social y es todo un reto, pues nuestros jóvenes son el futuro de México, pero esta labor es muy complicada pues ellos están en una época muy difícil de su vida la transición de niño-adolescente-adulto, donde sus intereses son variados y a veces no muy ligados con los propósitos de la escuela, además la tecnología ,los medios electrónicos y los medios masivos de comunicación nos están rebasando.

Por lo anterior, el compromiso como docente es más fuerte y complicado, pero no menos satisfactorio, ya que es muy gratificante ver como la gran mayoría de nuestros alumnos se forjan como hombres y mujeres positivos, también cuando logramos que se involucren en el trabajo de clase. ¡Aunque no todo es miel sobre hojuelas! ,también hay insatisfacciones ,como no contar con los suficientes recursos, no identificar a veces las fallas para mejorar el trabajo, no lograr el interés de todos los estudiantes, la falta de interés en ocasiones de las autoridades y algo muy fuerte la deserción por no contar con los recursos económicos suficientes.

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